“Ligue” en redes
Muchos hablan de las actualizaciones de Facebook, de lo que leyeron en Twitter, o de las fotos que vieron en Instagram, pero son pocos los que comentan a quienes conocieron por Tinder. Los usuarios de las aplicaciones para “ligar” conforman un grupo discreto que navega de forma cautelosa, puesto que no todas las personas que utilizan estos espacios reconocen abiertamente el uso de la aplicación.
En los últimos años ha habido una creciente utilización de dispositivos móviles. Es por ello que el desarrollo de aplicaciones o apps también ha estado en aumento, incluso, segmentando áreas a partir de los gustos e intereses de los usuarios. Según un informe de Transparency Market Research, el número de aplicaciones que se descargaron en 2013 fue de 102.062 millones y se espera que alcance los 268.692 millones a finales de 2017. Las aplicaciones se han convertido en herramientas a la medida, dependiendo de las necesidades del consumidor. Dentro de este contexto, las aplicaciones de citas son un nicho que se está expandiendo.
Quienes han experimentado en estas plataformas prueban su eficacia para concretar citas en espacios reales. Andrea Rodas comenta que suele utilizar aplicaciones de citas como distracción cuando se aburre de lo cotidiano y posteriormente conocer a alguna de las personas con las que ha hecho match (interés entre dos usuarios). Algunos usuarios crean perfiles falsos o alteran datos de su vida. Rodas agrega que, a diferencia de las pláticas cara cara, en las aplicaciones “puedes chatear y mentir, sin mirarse a los ojos”.
Aunque las aplicaciones pueden ser necesarias para quienes intentan conocer personas o experimentar nuevas experiencias, estos sitios intangibles bloquean los sentidos que participan en las interacciones tradicionales, lo que puede vulnerar a la comunicación eficaz. Fernando Rosero señala que ha encontrado en este espacio a muchas personas que se aprovechan de los usuarios, con la finalidad de obtener dinero a cambio de fotos o encuentros que nunca se llegan a concretar. “Una chica una vez me solicitó dinero afirmando que tenía una calamidad doméstica”, cuenta Rosero.
Los usuarios consideran que es una buena aplicación para conocer personas, pero depende de la intención con la que se utiliza. “Hasta ahora solamente me he comunicado a través de mensajes de texto, pero nunca he concretado ninguna cita por temor a encontrarme en situaciones peligrosas. He tenido malas experiencias en cuanto a recibir fotos no deseadas o propuestas medio indecorosas”, indica Daniela Zeballos. Es incierto saber con exactitud quién está del otro lado de la pantalla, por lo que es importante que los usuarios tengan claro qué es lo que buscan y cuáles son los límites dentro de la interacción.
Sonia Yánez, experta en Social Media, indica que el comportamiento latino no se compara con el anglosajón o europeo. Esto es notorio en la interacción o uso de redes y espacios digitales. “Los millennials son un mix entre usar aplicaciones y seguir el cara a cara”, comenta Yánez. Pero, ya que la generación que ella señala está bajo un peldaño de una nueva, agrega que “más profundo es el cambio en el caso de la generación z”. Los cambios dependen de la visibilidad que el usuario dé a las herramientas o actividades que realiza en su vida cotidiana.
Debido a esta mezcla de intereses o formas de comunicar, dos guayaquileñas decidieron crear el espacio Citas Rápidas, una cuenta que está en varias redes sociales en la que invitan a sus seguidores a participar en citas con personas heterosexuales, homosexuales o bisexuales. Estefanía Pareja, cofundadora, explica que “el sitio surge debido a que la sociedad está bastante apegada a la tecnología (…) pero las relaciones interpersonales se enfrían, es más complicado conocer gente en este ámbito. Intentamos cubrir una necesidad social, que es la falta de contacto y de dialogo directo”. Este sitio, que se encuentra en dos plataformas digitales (Instagram y Facebook), cuenta con alrededor de 250 seguidores.
Con el auge de las aplicaciones para concretar citas, los usuarios tienen en sus manos dos vías para conocer personas. Algunos prefieren la forma tradicional, mientras que otros, debido al tiempo que disponen o el apego con la tecnología, eligen las aplicaciones en las que pueden encontrar personas. Los espacios digitales, de cierta forma, pueden dar un ambiente de seguridad a los usuarios y la garantía de formar relaciones distanciadas de los compromisos, aunque esto también puede conducir a que las relaciones interpersonales pierdan la calidez.