Videoclips con el sello ecuatoriano de Danny Ruan
Los grandes libros de medicina casi se convierten en sus compañeros de día a día, pero la vida lo llevó hacia las aulas de la carrera de comunicación del ITV, gracias a una feria de universidades a la que acudió. Fue entonces cuando Danny Ruan, guayaquileño de 36 años, empezó a incursionar en el mundo de lo audiovisual y en especial, el de los videoclips musicales. ¿Por qué? Pues para él, esta actividad le permitió expandir y aplicar su creativi-dad audiovisual, a la historia de una canción transmitida por un artista. Su mirada denota carisma y pasión, aspectos que destaca cuando habla sobre el trabajo en equipo y la res-ponsabilidad que le pone a cada proyecto que realiza. Mientras risas van y risas vienen, Danny cuenta su trayectoria. Esta es larga e incluye la televisión y el cine publicitario, en donde se desempeñó como asistente de dirección en una productora audiovisual de la ciu-dad. Esta etapa la califica como su primera gran escuela, aquella que le permitió perfeccio-nar ¨su ojo¨, aprender sobre motivación y trabajo en equipo, manejar el tiempo, explorar su creatividad estética y la oportunidad de estudiar otras áreas como el arte y la fotografía.
Recuerda aquella época de asistente cuando veía con atención el armado de una cámara. Y es que para Danny, la pasión y el esfuerzo lo son todo. ¨Recomiendo a los jóvenes a que colaboren con proyectos incluso si no hay una remuneración desde el inicio. Lo importante es aprender¨. Danny es un hombre agradecido con las enseñanzas que le compartieron los directores con los que trabajó. Su forma de retribuir toda esa buena vibra recibida, lo hace con la misma táctica. Ahora él es el profesor, no solo de su equipo con el que trabaja, sino también de los usuarios que visitan su canal en YouTube. En ese espacio comparte sus ex-periencias, tras cámaras, proyectos, experimentos, entre otros temas. Su dedicación a la enseñanza la corrobora Joao Medina, su director de fotografía y colaborador en Garage Filmmaker, marca con la que ambos dan a conocer su trabajo en conjunto con otros pro-fesionales audiovisuales. ¨Cuando me compré mi nueva cámara, él me enseñó a usarla.
Descubrí que no era el idiota que todos me habían dicho¨, menciona Joao, mientras cuenta que la experiencia de trabajar junto a Danny, le ha permitido explorar un nuevo estilo de cinematografía que, en su opinión, requiere de mucho intelecto para innovar.
Danny es comprometido y se califica como obsesivo con la simetría. Cuando emprende un nuevo proyecto se preocupa por hacer ¨click¨ con el artista y con los lugares en donde rea-lizará las grabaciones, así sea que esto exija varios viajes previos al lugar: ¨Para un proyec-to en Macas, yo mismo fui 3 veces. Me metí al oriente, probé la comida y conviví con la comunidad Shuar¨. A Danny le gusta sentir conexión con el artista y que en el videoclip se expresen sus emociones. Esta idea la define como ¨psicología emocional¨, aquella que con-siste en la transmisión de los sentimientos de la canción, aplicados a la historia del video-clip. Cuando grabó a la artista polaca Anna Cyzon, le pidió que se embriague y que pelee la noche anterior con su enamorado. ¨El primer día le dije que sea sexy y luego, en las es-cenas con el vestido negro, le dije que transmite lo destrozada que se sentía por dentro¨. Una vez definida la visión del artista, Danny trabaja en el concepto del video y se cerciora de que su equipo también lo tenga claro. Para él, esta es una de las claves más importantes, incluso por encima de las habilidades técnicas. Al preguntarle cómo asume su cargo de di-rector, él responde con firmeza ¨responsabilidad¨, no solo con el manejo de los recursos, sino también con uno de los elementos más importantes en todo el proceso de grabación: su equipo que lo acompaña.
Ricardo Melo es amigo de Danny desde hace 20 años y cuenta que siempre notó el talen-to que demostró desde los primeros años de universidad. ¨Entre todos los que compartían el aula con nosotros, él era la persona con más talento¨. Al igual que Joao, Ricardo coinci-de en el extremo cuidado que siempre le dedica a la fotografía y al color de sus productos audiovisuales: ¨él es como un pequeño Kubrick¨.
En el amor Danny ha tenido suerte. Su actual esposa lo apoya en cada proyecto y entiende los sacrificios que a veces representa su trabajo. Al preguntarle por sus proyectos, él men-cionar que están encaminados a seguir innovando y que apuntan a la creación de una web serie. No da más detalles del proyecto, pero asegura que será de la misma calidad que ha caracterizado a sus trabajos.