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La ecología en la moda


El tráfico de la ciudad se va alejando. El tedioso ruido de los automotores, los rumores y el smoke, van quedando en el espejo retrovisor mientras que Paulina emprende su viaje a Playas. Allá la espera su amiga María, artesana de la zona y junto con ella, se proponen crear una opción diferente, algo que esté a favor al medio ambiente.


Y es que cada vez, las personas demandan por obtener productos de mayor composición o fabricados enteramente de manera “verde”, así que este es un nicho que Paulina y sus amigos no se pueden perder.


¿Has pensado usar una canasta hecha con redes de pescar o un par de zapatos hechos con el tubo de una llanta? Pues, ahora si es posible. Ella aclara durante el viaje que ecología no compromete calidad. Mientras habla con pasión de su sueño, el ver limpias las playas del país, se le ha terminado el tiempo, ha llegado a su destino. Su amiga, la artesana, la está esperando con más material y fielmente se ponen a construir el futuro.


Son varias horas las que ella le dedica a esta labor. Y lo más noble es que no se lo realiza como medio de supervivencia o que la necesidad la haya obligado a buscar alternativas para sobrellevar una falta de empleo, o bueno, tal vez si fue la necesidad, pero una necesidad diferente, no la económica, sino la moral. Lo que sostienen a Paulina es querer ver a sus playas limpias. La construcción de estos productos busca crear conciencia y educar al consumidor para que se familiarice con elementos creados a partir de productos reciclados. Por otra parte, es también financiar los diversos proyectos ecológicos que ella mantiene. Todos focalizados a la limpieza de las playas.

Mientras teje una canasta para su próxima exposición comenta que la ayuda probada ha sido fundamental para el desarrollo de esta pequeña microempresa. Grandes almacenes como Sumbawa, son la plataforma que posee esta organización para hacer llegar al público uno de sus productos más demandados: las velas aromáticas realizadas con botellas de vidrio recicladas. Pero su gama no termina aquí, poco a apoco ha encontrado la manera de incorporar nuevos productos hechos con elementos que recogen en las playas luego de las limpiezas masivas que realizan. Para este propósito, una de sus mejores aliados ha sido la empresa Tía, la misma que ha colaborado con las jornadas de recolección de desechos sólidos.


Ya son las 7 de la noche y Paulina decide hacer un stop a su labor de tejer. Nos brinda una infusión aromática mientras cuenta cómo surgió la idea de producir a partir del reciclaje. Cuenta que una californiana le sugirió la idea del “upcycling” que es una técnica que consiste en transformar residuos en objetos de valor, permitiendo que donde otros ven basura destinada al abandono ella vea una oportunidad. La idea le pareció interesante y decidió implementarla como su principal fuente de ingresos. Los productos que junto a la artesana de la zona de Playas ha construido, han tenido una buena acogida y en sus dos años de desarrollo les han permitido obtener importantes logros como su participación en los premios Latinoamérica Verde.


Según la organización Mi playa Limpia, en su limpieza realizada el pasado 3 de junio, recaudó un total de 687 kilos de desechos sólidos, lo que demuestra cuán grave es el problema del mal manejo de basura en el Ecuador. Afortunadamente, ella toma de estas limpiezas masivas su materia prima para dar vida a nuevos productos. Así como ella, hay otros jóvenes emprendedores y comprometidos con el medio ambiente que han intentado

mermar el impacto que tiene nuestro consumo en el planeta, Juan Carlos Zambrano es uno de ellos.


Este maestro de teatro manabita combina su pasión por las artes con el reciclaje. El produce sandalias a partir de tubos de las llantas, lo que lo ha convertido es un referente local en cuanto a producción a partir de reciclaje. Él es otro de los artistas que utilizan la técnica del upcycling e incluso hace uso de un tipo de basura no convencional: la electrónica. Zambrano empezó a reciclar hace seis años y está convencido que nada se destruye, todo se transforma; basado en esta ideología inició elaborando bolsos a partir de ropa usada.

Recuerda que desde los 15 años a todos sus zapatos les daba un concepto diferente, convirtiéndolos en diseños originales. Su sueño continuó dando rienda suelta a su creatividad a través de neumaticos con las que produce zapatillas. Y su inventiva nunca acaba, por eso posee una línea llamada ‘Basutería’, para la que usa todo tipo de residuos electrónicos o metálicos, entre tarjetas de memoria, frenos de bicicleta, audífonos, bobinas de la fuente de poder del CPU entre otros, elementos con los que fabrica bisuteria en general.


En el mundo se generan 50 millones de toneladas de basura tecnológica anualmente y en Ecuador cada persona produce un promedio de 2.3 kilos por día según el Ministerio de Telecomunicaciones. Estos datos demuestran que los desechos de este tipo son un problema creciente para el país. Según Pablo Macías, supervisor de Proyección futura, el 95% de esta basura se puede reciclar y darle una segunda oportunidad a nuestros aparatos electrónicos así como un respiro a nuestro planeta.


El artista asegura que para él, todo es un experimento y hay que lograr quitarse el chip de la funcionalidad que le damos a las cosas, debido a que siempre se les puede dar otras formas. Además, menciona que más del 90% de elementos que posee son reciclados y siente que no ha utilizado ni la mitad pero eso no le preocupa ya que hace referencia a que lo material cambia por eso siempre existirán infinidad de opciones. “Jamás me cansaré de reciclar, porque jamás me cansaré de crear” declara.


Por otro lado, Adriana Vásquez, de 23 años, suele comprar en los mercados que se organizan en diferentes puntos de Guayaquil porque intenta que su huella en el planeta sea lo menos contaminante posible. Junto con varios amigos de su universidad como Xavier Calderón reciclan diariamente la basura que generan y tratan de reutilizar constantemente. Cree que esta corriente ecológica no es una simple moda sino que es una tendencia que vive día a día con sus amigos.


Gino Molineros, estudiante de la FACSO, hace cuatro años al empezar la universidad realizó un proyecto con la comunidad donde emprendió “Todo se recicla”; idea que incluye parte del barrio Santa Mónica, donde amas de casa han emprendido una microempresa a partir de bisutería elaborada de reciclaje. “La mentalidad de las personas cambia cuando se dan cuenta que a través del reciclaje pueden generar ingresos” menciona Molineros.

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El blog para los millenials es una iniciativa de los estudiantes de Comunicación Social de la Universidad Católica Santiago de Guayaquil. En este espacio encontrarás notas pensadas en los millenials como tú.

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